martes, 29 de mayo de 2012

De cine: un hotel para viejos


El exótico hotel Marigold, un decrépito hotel en medio de la India, resulta ser el reflejo de sus inquilinos. Una serie de jubilados occidentales asqueados con sus vidas deciden entrar en un plan para la tercera edad en un lujoso hotel en la India, tal hotel no resulta tan exótico como suponían, pero es que sus vidas, las de los jubilados, tampoco resulta una vida tan exótica, de modo que se encuentran con su realidad in feliz pero que, incluso en un escenario tan ruinoso como el Marigold, terminan encontrando el sentido a la etapa final de sus vidas.
Una película que transmite buenas vibraciones y sentimientos; sin efectos especiales ni aditivos, esta película nos cuenta historias humanas que merecen un 8 como nota para este hotel indio.

jueves, 17 de mayo de 2012

De cine: las sombras de Burton


"Sombras Tenebrosas" es el título de la última de Tim, y siento decirlo pero esta no puede ser denominada como su obra maestra, aunque cierto es que estamos acostumbrados a que este director nos ponga el listón muy alto. Con un reparto ya habitual de Burton nos cuenta una historia que apenas avanza en el guión, no termina de romper, tal vez la adaptación del vampiro encarnado por Johnny Depp a los años 70 no resulta todo lo entretenida que cabía esperar. Una película sin pena ni gloria, sin chicha, sin un gran argumento.
Un 6,5 para las sombras tenebrosas.

martes, 15 de mayo de 2012

La tradición que me parió

Desde que España intenta ser el país más progre del mundo, cada vez pierde más sus posibilidades de evolucionar. Llevo tiempo observando diferentes sociedades con sus diferentes culturas, fiestas y tradiciones y creo que ya puedo construir una idea clara sobre la evolución ligada a la tradición y folclore. Y es que resulta que los países más poderosos de este planeta tienen en común que no han cedido un ápice en sus tradiciones y folclores populares manteniendo así su espíritu, interés y señas de identidad. Algo que en nuestro país cada vez se deteriora más, pero es lógico, si por algo se caracteriza el español de pro es por sus enormes complejos que, unidos a un catetismo generalizado provoca que, precisamente los más catetos vean el folclore y la tradición como algo de catetos, curiosa paradoja. Son precisamente estos complejos los que han hecho que los jóvenes de hoy no conozcan apenas nada de su propia tradición, y mientras en Escocia los hombres continúan vistiendo con faldas según sus clanes en las celebraciones más exclusivas y tocando la gaita en cada acto oficial, en España nos esforzamos por borrar lo que en realidad nos une y distingue.
Pero resulta que dentro de nuestro propio país, existen comunidades autónomas que siguen sintiendo una llamada en lo más profundo de sus entrañas que les lleva a unirse y remar en una sola dirección, porque aún en este país existen comunidades donde cuidan de manera feroz sus raíces, sus tradiciones y su folclore, y mira tu por donde, también son las comunidades más poderosas del país y que más privilegios tienen, y es que nada sucede por casualidad. El sentirte pertenecer a un grupo es algo muy humano y que hace que las culturas sean más auténticas, sin que esto quiera decir que somos catetos, cerrados o antiguos, sino todo lo contrario, porque si nos fijamos, por ejemplo en Cataluña, tal vez la comunidad que se distingue más por su diversidad y progresismo, resulta que existe un nacionalismo que se basa precisamente en proteger lo suyo, su cultura y su tradición. No quiero con esto decir que soy un defensor de los nacionalismos, pero es innegable que en aquellas comunidades donde más se ha cuidado y potenciado la cultura, tradición o lengua propias más han conseguido, además de mantener su cultura propia que les otorga una seña de identidad clara y, eso sí, nadie podrá entrometerse en sus folclores y menos aún se avergonzarán de sus bailes, fiestas, o comidas. 
Llama poderosamente la atención cómo en muchas comunidades adoptan incluso tradiciones de otras prostituyendo así las propias y dejándolas caer en el olvido, porque ver flamenco del malo y de manera continuada en las castillas, Valencia o Cuenca no causa más que la pérdida de identidad de la sociedad y, por tanto, de esta sociedad no podremos esperar unidad ninguna en decisiones populares. 
En estos tiempos que corren únicamente terminarán triunfando las sociedades unidas y que, bajo el respeto y la tolerancia, busquen potenciar, cuidar y mantener su cultura. 
Si estás leyendo esto y resulta que sabes más de otras culturas que de la tuya propia es que ya te han convertido en uno más, en un alienado, en una persona dúctil y manejable igual a otras miles y millones de personas homogéneas; justo lo que el poder más quiere. Y aquellos progres que siempre chocan contra la tradición como algo caduco, lo cierto es que en la historia y en la actualidad siempre se han conseguido más cosas con una población unida bajo la tradición que aquellas que han querido desvincularse de todo y romper con sus raíces. Se que las palabras raíces y tradición llevan mucho tiempo ya con connotaciones negativas en nuestro país e incluso de corrientes políticas concretas, pero diré que ni la tradición ni las raíces entienden de ideologías políticas, sólo de querer luchar por lo que uno es tenga la ideología que tenga .

sábado, 12 de mayo de 2012

De cine: Titanic again

Volver a ver Titanic en pantalla grande de nuevo, digan lo que digan, es lo suficientemente atractivo como para acercarte al cine de nuevo. El 3D, lo cierto es que no es más que la excusa mala e incómoda para volver a ver esta película que marcó una época. La tecnología tridimensional apenas se hace perceptible y no aporta nada más a la película de Cameron.
A pesar de ir al cine con la esperanza de que el bueno de Jack consiga subirse en la puerta flotante que Rose ocupa en su totalidad, finalmente Jack vuelve a hundirse al fondo del Atlántico junto al barco más lujoso de 1912.
Un placer volver a ver esta película de nuevo en cines 14 años después de su estreno en la mejor compañía.
Un 9 para esta película que, 14 años después, no tiene nada que envidiar a las superproducciones actuales y que evoca recuerdos del 97.