sábado, 30 de junio de 2012

De cine: Las chicas de la sexta planta

Mal, muy mal, comenzaré diciendo que el argumento, el guión y los actores y actrices están entre bien y muy bien, pero hay películas en las que tendría que estar prohibido el doblaje. Yo, gran defensor del doblaje español por su enorme calidad, admito y exijo que en ciertos filmes en los que existe mezcla de idiomas, y precisamente en esta mezcla se encuentra la gracia de la película, sea condenable hacer doblajes con acentos y dejes que ridiculizan, quitan calidad y enfadan al espectador.
De modo que, a pesar de reunir condiciones esta película para tener a mi juicio un 6,5, la dejaré en un 4,5 por la brutal cagada del doblaje.

martes, 26 de junio de 2012

Humanos como animales

Un león acicala su melena antes de dirigirse a un grupo de hembras custodiado por otro macho, la pelea es inevitable, aunque la última palabra siempre la tendrá la leona. Pues bien, a pesar de nuestra superlativa evolución, parece que hay ciertos instintos que no conseguimos superar y nos llevan a actuar como verdaderos animales. A pesar de que este discurso pueda parecer obvio, lo cierto es que nos es tan familiar que ni siquiera lo pensamos: lo damos por hecho.
Resulta que, a pesar de que intentamos controlar nuestros instintos, la genética del ser humano todavía no está del todo evolucionada y en el ámbito sexual queda patente. No es difícil encontrarse actuando como un animal en este terreno, de hecho me atrevo a afirmar que en el ADN del hombre se encuentra escrita la conquista al igual que la mayoría de los mamíferos del planeta que se pavonean ante sus hembras para conseguirlas, pero sólo podrán consumar cuando ésta entre en celo, es decir, esté receptiva. Claro está que nuestra evolución ha superado los ciclos reproductivos denominados celo, pero es indiscutible que aún hoy sigue teniendo la mujer la última palabra, puede sonar a tópico o a exageración, pero si lo pensamos fríamente esto sigue siendo así; la mujer decide. En realidad no existe nada malo en esto, al fin y al cabo no hacemos más que seguir a nuestros instintos, pero no sólo ocurre en este aspecto, el reino animal se encuentra lleno de ejemplos de características físicas que hacen, normalmente, a los machos más atractivos a ojos de las hembras (melenas, manchas, cornamentas, colmillos...) y las hembras se sienten atraídas por aquellos que genéticamente sean mejores. De hecho, un estudio sobre pájaros demostró que existían en una determinada raza unos pájaros macho con un plumaje marrón oscuro, sin embargo, otros pájaros macho no habían desarrollado convenientemente el plumaje oscuro siendo así rechazados por las hembras. Para comprobar si esto influía negativamente en la reproducción se escogieron varios de estos pájaros despigmentados y se les pintaron las plumas; una solución que resultó ser un éxito, ya que las hembras volvieron a ver atractivos a los machos que antes no lo eran. Esta pintura en las plumas no dejan de ser todos los arreglos que nos hacemos para resultar más atractivos genéticamente a las hembras y no ser rechazados (gomina, desodorante, colonias...). 
Por tanto, podemos afirmar que en las relaciones entre seres humanos existe una primera fase muy fuerte basada exclusivamente en el físico, luego nuestra evolución se encarga de decorar los instintos con sentimientos; eso sí que es evolución, pero antes de la evolución sólo somos animales.

miércoles, 20 de junio de 2012

De cine: Blanca y nieves



Para aquellos que sepan como es el cuento y cómo termina, deberán  saber que esta historia lo intenta, lo persigue e incluso lo roza pero la sosez manifiesta de la protagonista, Kristen Stewart, así como su escaso repertorio de gestos para comunicar miedo o tensión terminan por convertir a esta peli en algo que puede ser entretenido, pero sólo entretenido. Si hablamos de cine podemos quedarnos con la interpretación de Charlize, la ambientación y los efectos especiales. Es tal vez en este último punto, el de los efectos el que más ha llamado mi atención, ya que el desequilibrio entre la tecnología efectista y el guión en sí es total, es decir: una historia sin efectos puede prosperar y de hecho prosperan muy bien, pero el caso contrario rara vez ocurre.
Por lo tanto un 4 para una cara película que se ha gastado todo en el 3Dmax y se le ha olvidado contratar buenos guionistas y actores.

jueves, 14 de junio de 2012

Creer en Dios o en la maldita Iglesia

Tengo la necesidad imperiosa de conocer ya el día exacto en el que Dios montó nuestro mundo en 7 días, ¿hace cuántos años que ocurrió? ya estoy cansado de los cuentos chinos de dinosaurios, pero claro, sólo me falta por saber esta pequeña fecha para poder desterrar para siempre a Darwin.
Resulta tremendamente atractivo pararse a pensar que tribus aisladas en lugares diferentes del planeta con razas diferentes y colores diversos terminan por tener una cosa común a todos ellos: los dioses.
Pero no sólo en tribus ocurre esto, sino que nuestra historia cuenta con culturas que basaron toda su existencia en dioses; y hoy es el día que nuestra modernidad progre nos está haciendo enterrar forzosamente nuestra necesidad humana de creer en dioses, claro está que esta actitud destructiva de la sociedad con Dios no es más que el efecto boomerang provocado, en nuestro caso, por la Iglesia. 
El sometimiento de la sociedad que ha ejercido la Iglesia sobre la sociedad bajo el paraguas del miedo y del castigo, han llevado a ésta a cometer atrocidades en nombre de Dios: guerras, abusos, enriquecimiento... nada que no sepamos ya. Pero mi reflexión no intenta explicar cosas que todos sabemos sobradamente, sino que intenta reflexionar sobre la realidad que existe en que el ser humano siente la necesidad de creer en un ser superior, un hecho que, gracias a nuestra desdibujada sociedad cada vez es más variopinto, es decir, hoy existen dioses desde inmateriales hasta los más tangibles y absurdos que puedas imaginar, pero este comportamiento excéntrico actual en el que una persona puede llegar a venerar a un limón o a un cantante o deportista como su dios, no hace más que corroborar la idea de la necesidad que el ser humano sigue teniendo de creer en un dios por muy evolucionado que sea el humano. Sin embargo, esta necesidad básica del humano para no sentirse perdido en un mundo que en realidad no entiende, ha sido explotada y utilizada por la Iglesia para llevarse a su bolsillo todo el poder posible. Un error que no tiene solución; en el momento en el que entra una institución que intenta regular necesidades instintivas del ser humano las hunde sin piedad y sin escrúpulos, sería parecido a que un partido político comenzase a gestionar a un equipo de fútbol, aunque esto, en realidad ya pasa con los resultados que todos conocemos.
A veces la libertad del ser humano se acepta mejor cuando las necesidades instintivas básicas quedan al margen de toda  regla y normativa, claro está que la inmensa mayoría de los seres humanos no se encuentran preparados para ser realmente libres y, por eso, necesitan saber que tienen un jefe por encima de ellos, en ese aso sólo deberán pensar en qué creer: en Dios o en la maldita Iglesia.

miércoles, 6 de junio de 2012

De cine: The Pelayos



No se muy bien cómo comenzar a escribir sobre esta película que nos cuenta la historia de la familia Pelayo que, mediante un meticuloso estudio de salas de juego, consiguieron hacerse multimillonarios. La historia así contada suena atractiva, e incluso a nadie le importaría ser un Pelayo, pero la realidad es que en la pantalla grande la historia es pobre, con un guión flojo y no buena interpretaciones. Si tuviera que hacer una crítica en muy pocas palabras se podría decir que lo mejor de la película es la interpretación de Miguel Ángel Silvestre que hace de auténtico idiota y lo peor: todo lo demás.
Un 4 para The Pelayos.

martes, 5 de junio de 2012

Arrástrate como un gusano e intenta ser feliz

Siempre me han incomodado aquellos que tienen una sonrisa perpetua en su cara sin venir a cuento, pero aún más me incomodan aquellos que siempre transmiten de manera sistemática penas y tristeza. En todos los grupos sociales que se precien existe una de estas personas o si el grupo es muy desafortunado hasta dos. Estas personas que irradian tristeza, que parece que la vida les pesa y lo más trepidante que han hecho en los últimos meses ha sido comprarse un artículo del Teletienda aportan en estos tiempos un granito de arena más para que la situación sea un poco más triste.
Pero la realidad es que la actitud hacia la vida determina en gran medida el resultado que tendrás en ella, es decir, si eres una persona semejante a un gusano, probablemente tu vida termine podrida como una manzanita. Resulta curiosos que siempre que vemos a gente feliz de verdad, es decir que lloran cuando deben y ríen cuando lo sienten, lo son porque esa es su actitud frente a la vida. 
En multitud de ocasiones me he enfrentado a proyectos que me superaban, algo semejante a cuando un surfero se enfrenta a la gran ola con la única defensa de una tabla. Lo que está claro es que si el surfero no tiene la actitud de superar la ola, con toda probabilidad terminará envuelto en torbellinos de espuma, sal y arena, pero si la actitud es de superación tal vez la supere, o tal vez no, pero seguro que el surfero habrá llegado casi a lo alto y en el camino habrá aprendido. Pues exactamente lo mismo ocurre cada día en nuestras vidas, continuamente se nos presentan proyectos y problemas, decidir si te enfrentas a ellas como un gusano o como un surfero ya es cosa de cada uno, eso sí, si encontráis gusanos en vuestros círculos más cercanos no les dediquéis demasiado tiempo, porque ya sabéis que un gusano puede pudrir grandes superficies y nos puede pudrir a nosotros mismos.
Aunque resulta tranquilizador que la mayoría de la sociedad no ha tomado forma de gusano, también resulta alarmante que los surferos sean aún menos que los gusanos, de forma que la mayoría de la sociedad se encuentra en una lucha constante por vivir lo mejor posible, y resulta que, al fin y al cabo, esta mayoría seguramente lleguen a ser más felices que los gusanos que nunca sabrán lo qué es la felicidad y que los surferos, que por ponerse ambiciosos proyectos pocas veces llegarán a alcanzarla, no obstante, si debiera escoger una de las formas, gusano o surfero, lo tendría claro, a mí me gusta superar la ola con mi propia tabla. 
Las dificultades, la mayoría de las veces, se encuentran en nuestra propia mente.